martes, 22 de noviembre de 2011

20 minutos

Era invierno, 11 de la noche y se sentó en oscuridad a escuchar la lluvia, no había nada más que pensamientos en aquella habitación, el viento y cada gota formaban una armonía que reconstruía su alma cansada y agonizante, recuperando poco a poco las ganas de vivir.
¿Cuánta gente ni siquiera puede darse cuenta de lo que se está viviendo en aquel instante?, ¿Cuánta gente no disfruta de estos pequeños y maravillosos momentos?, ¿Cuánta vida dedicó a mirar sin observar... a escuchar sin comprender... a vivir sin descubrir?... Quizás nunca lo entienda, pero hoy se pudo dar cuenta de que a su vida algo le faltaba, o tal solo hoy se pudo dar cuenta de que lo había perdido pero lo estaba por recuperar.

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