20 minutos

Era invierno, 11 de la noche y se sentó en oscuridad a escuchar la lluvia, no había nada más que pensamientos en aquella habitación, el viento y cada gota formaban una armonía que reconstruía su alma cansada y agonizante, recuperando poco a poco las ganas de vivir.
¿Cuánta gente ni siquiera puede darse cuenta de lo que se está viviendo en aquel instante?, ¿Cuánta gente no disfruta de estos pequeños y maravillosos momentos?, ¿Cuánta vida dedicó a mirar sin observar... a escuchar sin comprender... a vivir sin descubrir?... Quizás nunca lo entienda, pero hoy se pudo dar cuenta de que a su vida algo le faltaba, o tal solo hoy se pudo dar cuenta de que lo había perdido pero lo estaba por recuperar.

No hace falta

Todo es negro, oscuridad...

Una luz muestra unas manos cansadas, sabias

y unas cuerdas que parecieran tener vida junto con ellas.
Un traje negro, perfecto...
No escucho, Siento!

Mi alma, mi espíritu, mi sangre se llena...
Todo lo que hay dentro de mi.
Mi piel se revuelca en algo así como nubes.
Mis lágrimas se inundan de felicidad.
Y no sabes lo maravilloso que es todo esto,

Lo mereces,
Lo merezco,
Lo merecemos...

Este es el silencio que quiero compartir, este es el silencio que quiero compartir contigo...
Se apaga la luz,
No me ves,
No te veo,
No nos vemos...
Pero sabemos que ahí estamos,

No hace falta ver... Para creer...
No hace falta ver...

Cuando la vida es hermosa al poder sentir.

Contando

Verde, hojas crujiendo bajo los pies, el cielo azul, verde y rayos de sol colándose entremedio, el aroma de la tierra mojada... Tengo miedo de pisar el pasto que parece inocente de la realidad mundana, un libro entre mis manos y sus hojas acariciadas por el viento...
Respiro y me inundo de la belleza de este momento, soy todo y nada, sin embargo siento que amo al mundo con todo mi ser, en este instante todo lo bello está ante mí, en este instante soy lo más bello que tiene el mundo.
Días así... valen la pena...