Iba caminando sola sobre ese prado verde y silencioso, bajo la clara noche, luna llena que lo iluminaba todo, me recosté sobre el pasto, pensando en vanalidades de la vida, hasta que la escuché, estaba repirándo, de a poco puse mi oído sobre la tierra y respiraba; profundamente, quejosa, enferma... De pronto abrió sus ojos con ese leve movimiento de sus párpados, y ese largo latido de su corazón que lo remeció todo... El casi imperceptible sonido de su voz me dijo: Lo siento, no quise hacer tanto daño, entonces le pregunté: Por qué? - Ella dijo; no quise, pero estoy enferma, espero recuperárme pronto y todo esto no lo puedo controlar, quisiera que todo esto termine, inconsientemente mis brazos de agua tratan de apagar el fuego que hay en mi cuerpo y que me está matando, espero poder darles los frutos necesarios para que puedan salir adelante, son hijos míos, no quiero ver sufrir a mis hijos... pero esto no depende de mi...
Se calló, se calmó, cerró sus ojos, pero seguía respirándo, la tierra está viva señores, y lamenta profundamente todo esto, quizas cuanto tiempo demore en recuperarse, ella también sufre, está enferma y la cura no la encuentra...